Daniel Samper Ospina, en su opinión con un estilo muy particular, combina en sí, la ironía, lo sarcástico y, en resumidas cuentas se expresa utilizando
el humor negro.
Creo que lo que plantea el autor es, que la manera de
buscar la paz por parte del presidente, permita dejar a un lado el estigma y egoísmo
contra las FARC y, al igual, éstos también deben hacerlo. Si se dan los diálogos
debe haber representantes que sean sinceros, imparciales, y de sentimientos nobles
con la causa; no con aquellos negociadores de hoy, que solo han marcado aún más
el distanciamiento entre gobierno y FARC. Ahora bien, de llegarse a dar pasos significativos y
contundentes para la paz, de seguro, saldrían a relucir algunos personajes que
irían en contra de lo alcanzado como el ex presidente Uribe y sus servidores
íntimos, quienes se ocultan en madrigueras a la espera o al acecho de torpedear
cualquier avance en los diálogos. A éstos últimos, se le unirían de seguro,
muchos negociantes que se lucran de la guerra y de la inestabilidad de un
Estado como el nuestro.
Samper, concibe una mesa de dialogo con personas idóneas,
capacitadas y recursivas, no sólo intelectual sino desde el manejo del
discurso, para hacer frente a las evasivas o triquiñuelas que siempre trae
consigo los representantes de la guerrilla.
También hace una comparación irónica, entre la
comunidad y los negociantes, donde los primeros le prestan más atención a las
locuras de los participantes de un reality, que lo vivenciado en la mesa de negociaciones
por la paz; los segundos, sólo logran alborotar el avispero, pero en realidad no
llegan a algo concreto, comportándose como participantes de un reality.
Finalmente, si bien considero que todos los colombianos
pensamos que la única manera de llegar a alcanzarse un acuerdo de paz, es el diálogo,
pero también debemos razonar que es complejo por las dos partes (Estado y la
guerrilla), ya que sus posiciones pueden llegar a ser tan radicales, a tal
punto que las FARC a cambio de entregar sus armas podrían poner condiciones en
cuanto su participación y compañía que le harían a los “respetables” y “distinguidos”
congresistas para la toma de decisiones de leyes…¿ estaría usted de acuerdo con
esto? O de lo contrario ¿cree usted que ellos entregarían sus armas y en fin de
cuentas su poder?...