Antes que nada, quiero referirme a lo que leí
en el artículo titulado: La travesura macabra de tres niñas, en la
sección de: Crónica, de la revista Semana, del día 12 de mayo del presente
año.
Ahí, se delimita espacialmente el municipio
de Facatativá y se habla de las situaciones críticas que día a día azotan a
esta población, que va desde la violación intrafamiliar hasta el abuso
infantil.
¿Será que acaso esto no influye en gran parte, en las acciones de los niños de este lugar?
Por supuesto que si tiene que ver y mucho, pues
no se necesita ser estudiado para saber
que en un ambiente como éste, los niños están en constante vulnerabilidad de que
actúen de esta manera, como lo hicieron éstas tres niñas menores de 10 años al
intentar envenenar a su maestra, al parecer de matemáticas. Además, ¿qué se
puede esperar de niños que no tienen un acompañamiento por parte de su familia,
porque su duro trabajo les impide hacerlo?
Sin duda, son niños que están
en libre albedrio, ya que al faltarles la presencia de su padres o alguien
adulto, lo que harán seguramente es ver todo el día televisión y cuando llegue
el momento de ir a sus escuelas actuaran conforme a lo que hayan visto.
Para colmo de males no más
analicemos lo que dice la rectora de este colegio (La Arboleda), al referirse
que las niñas muy seguramente vieron un capítulo
de La Rosa de Guadalupe durante esos días, el cual se trataba de un caso en que
unos estudiantes habían envenenado a su profesora y que quizá por esa razón estas
menores lo vieron como juego e intentaron hacerlo.
Pero hay que ir más allá,
pues también hay que pensar qué otra situación pudo haberlas impulsado a
cometer esta desfachatez… por ejemplo pone en duda lo que reporta María, al
decir que estaba cansada del maltrato de su maestra y al acoso que esta le
daba. Pero también es raro, que ella se haya negado a hablar con los medios de comunicación.
Ahora bien, hablemos de la
influencia de la televisión y de la repercusión que esto conlleva a que los
niños tomen ciertas posiciones que observan de allí. Empecemos diciendo que en Colombia,
aproximadamente el 75% de los hogares pueden acceder a ella y que esta televisión
se constituye en nuestro país, especialmente en la población infantil, muchas
veces en el único entretenimiento, lo que les proporciona ciertas actitudes por
la información de carácter no adecuado para ellos. Además todos sabemos que lo
que entra por los ojos es lo que realmente optamos por hacer en nuestro diario
vivir y es eso lo que los niños transmiten cuando éstos en vez de jugar y de
estudiar se pasan horas y horas pegados de un aparato que lo único que les
puede brindar son malas mañas, por decirlo así.
Es por eso que el ANTV debe
ponerse duro en la tarea de cumplir con las funciones de velar por el adecuado
funcionamiento de todo aquel servicio televisivo y así mismo debe comprometerse
a regular necesariamente a la programación infantil que se está impartiendo.
Pero… ¿qué decir, y qué
esperar si el representante no ve televisión?
¿Cómo es posible que a un
personaje de cuello blanco como estos, le estén pagando millones por hacer un
trabajo relacionado con la televisión, cuando ni siquiera la ve?
Es el colmo que le estén pagando una buena cantidad de dinero
a alguien no tiene ni idea de lo que pasa en este medio, porque sencillamente
no la ve… pero si claro, él si ve la televisión de otros países, que no tiene
nada que ver con las funciones y el trabajo que se supone que tiene que
cumplir. Allí no más se nota la falta de identidad y de responsabilidad de este
sujeto.
Si fuera sido otro país distinto
a nosotros al ver esta publicación de esta entrevista a este señor no fueran
dudo en cuestionarlo pero como somos Colombianos tan solo nos dignamos a
conformarnos con ello.
Por último, basta decir que
nos encontramos en un mundo tan falto de valores, en un mundo cambiante, en
mundo donde a los padres les preguntan ¿qué están haciendo sus hijos? Y no dan
cuenta de ello…